Definir la Patria. Cuántas veces hemos utilizado
la palabra Patria y qué pocos serían
capaces de definirla de forma breve, clara, rotunda y precisa; con humanidad y justicia, sin prejuicios, con honestidad, equidad
y pasión. ¿Alguna idea?
Ya sabemos que la Patria de la política es el dinero, la Patria de la religión es la mentira, la
Patria de la aristocracia es la
arrogancia, la Patria de la
burguesía es la traición, y que la Patria del ejército es la violencia; y también sabemos que cuando todas estas patrias
se reúnen, se construye un mundo como el que tenemos, como el que algunos
disfrutan y otros padecen, como el que defienden a muerte los “comepatrias” que todos conocemos.
En 1973, le
preguntaron al músico chileno revolucionario Víctor Jara, cuatro días antes del
Golpe Militar en Chile: “¿Qué es Patria?”.
Víctor respondió:
“Patria
es el amor a mi hogar, mi mujer y mis hijos. Es amor a la tierra que me
ha ayudado a vivir; es el amor a la educación y al trabajo; es amor a los demás
que trabajan por el bienestar común; es amor a la justicia como instrumento del
equilibrio para la dignidad del hombre; es el amor a la paz para gozar de la
vida; el amor a la libertad, no al libre albedrío, no a la libertad de unos
para vivir de otros; sino la libertad de todos. La libertad para que yo exista
y existan mis hijos, y mi hogar y el barrio y la ciudad y los pueblos y
todos los contornos donde nos ha correspondido forjar nuestro destino. Sin
yugos propios ni yugos extranjeros”.(1)
Pocos días después
de pronunciar esta lección magistral de la que muchos deberían tomar nota, Víctor
Jara fue torturado y posteriormente asesinado por los golpistas en el “Estadio
Chile”, hoy “Estadio Víctor Jara”, donde amputándole la lengua los criminales
de la dictadura militar creyeron haber apagado su voz para siempre.
Recordar el talento
y valor de Víctor Jara es recordar todas y cada una de sus canciones, es
estremecerse con la valentía de la música y de las letras que cantaba: “Preguntas por
Puerto Montt”, “Las Casitas de Barrio Alto”, “A Desalambrar”, “El Derecho de
Vivir en Paz”, “Te Recuerdo Amanda”, ”Duerme Duerme Negrito”, “A la Molina no
voy más”, “Plegaria a un Labrador” y tantas otras canciones que no debería
obviarse ninguna.
Y muy a mi pesar, solamente resaltaré una de las canciones que le hicieron más popular: “A Desalambrar” (de Daniel Viglietti), un canto marxista, enérgico y solidario reclamando un reparto justo de la riqueza y una rotunda condena del latifundismo.
Hoy necesitamos tomar ejemplo de hombres como Víctor Jara: comprometidos, valientes y solidarios, para ser capaces de una vez por todas de renacionalizar la riqueza robada por políticos corruptos, es hora de desalambrar la Patria.
Hoy necesitamos tomar ejemplo de hombres como Víctor Jara: comprometidos, valientes y solidarios, para ser capaces de una vez por todas de renacionalizar la riqueza robada por políticos corruptos, es hora de desalambrar la Patria.