domingo, 26 de octubre de 2014

Del Voto Altruista y del Ciudadano Político



Fuente: Blogs La Vanguardia
El 2015 será Año Electoral con mayúsculas. Rajoy saldrá del armario de plasma para traernos más "chuches", "niñas futuribles", y otras casposas genialidades que la maquinaria del partido tenga el gusto de fabricar; eso sí, siempre pensando en nuestra minoría de edad.

El 2015 será el fin de la era del bipartidismo connivente y corrupto. Llega el tiempo del hombre, del ser humano, de los hombres y mujeres solidarios de buena voluntad, de la gente generosa, de la juventud despierta y comprometida, y del ciudadano político.

El 2015, el ciudadano político emitirá el voto solidario, un voto que ofrecerá a quienes la desesperación empuja al suicidio, a quienes la ansiedad devora por impotencia en la lucha contra el hambre y la miseria, a quienes la vergüenza les acompaña al buscar comida en la basura, a quienes no pueden pagar la calefacción, a los abuelos engañados por los Bancos, a las criaturas desahuciadas, a los estudiantes malogrados, a los jóvenes emigrados, a los enfermos y dependientes abandonados, y a quienes han sido despedidos de su trabajo.

En 2015 reconstruiremos las vidas malogradas, rechazaremos las limosnas neoliberales, y exigiremos derechos reales.

Todo esto pasará en 2015. Con nuestro voto altruista.

Luis Díaz








domingo, 7 de septiembre de 2014

De la Diada Catalana y de los Caballos de Troya



Src: http://www.presentable.es

¿Es la revolución independentista catalana una revolución del pueblo o es una revolución burguesa? Considerando que desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, las revoluciones populares –a excepción de las de corte soviético, como en URSS, China, Cuba (con matices), algunas colonias africanas, etc.- son pura anécdota; Catalunya podría entrar con mayúsculas en la historia de las revoluciones si ejecutase con éxito una revolución desde el pueblo y para el pueblo.

Esto es así sin necesidad de valorar la oportunidad, derecho o legalidad del proceso secesionista que se persigue; ni la validez o propaganda de los argumentos que se esgrimen en un sentido o en otro, desde Catalunya o desde España.

Por tanto, aparte de las preferencias o no independentistas de cada uno, sería un magnífico ejercicio de reflexión personal intentar descubrir y perfilar quién conduce la revolución catalana, para saber si Catalunya está cerca de entrar en la Historia, o tan solamente, será una revolución de ricos jaleando y escondidos entre la multitud. Y es aquí cuando la sociedad de la tecnología y de la información pone a nuestro abasto la posibilidad de saciar la curiosidad del profano, en poco tiempo y solamente con algo de paciencia.

Así bien, para tener una mínima idea sobre si el movimiento independentista catalán lo encabeza el pueblo o la burguesía, tendremos que recurrir a la búsqueda de nombres. Hay dos organizaciones al frente del proceso soberanista; y por tanto, dos alternativas de búsqueda a seguir: la del Comité Permanente de la ANC por un lado; y la de la Junta Directiva de Òmnium Cultural por el otro.

La búsqueda aleatoria de información en Internet sobre miembros de la ANC no arroja aparentemente ni historia, ni escándalos, solamente datos personales publicados por ellos mismos; y lo único quizá reprochable sería que el vínculo a ERC se repite con asiduidad, aspecto que castra en cierta medida la renovación que toda revolución debe perseguir. Aun así, parecen ofrecer una duda razonable sobre la honestidad de su oferta, sobre todo por la ausencia de información objetiva sobre estas personas.

Lo que encontramos cuando escarbamos Òmnium Cultural ya es otro cantar. Si bien la Presidenta Muriel Casals es un perfil que se ajusta a lo explicado anteriormente con respecto a la ANC (no se encuentra información objetiva, ni buena ni mala), la Junta Directiva está repleta de miembros de familias burguesas catalanas; y en cierto modo, esto es muy lógico, pues Òmnium Cultural fue fundado en 1961 por Joan Baptista Cendrós i Carbonell (empresario, mecenas, fundador de Banca Catalana, cofundador de lo que sería Convergència Democràtica de Catalunya), Lluís Carulla i Canals (empresario), Félix Millet i Maristany (financiero, mecenas, promotor cultural), Joan Vallvé i Creus (empresario), y Pau Riera i Sala (empresario)… sin entrar en muchos detalles sobre cada uno de ellos; podemos concluir con un lenguaje próximo que se trata de casta catalana de tradición burguesa. Si a esto le añadimos que todas y cada una de estas familias han estado vinculadas a escándalos de corrupción hasta nuestros días, como Banca Catalana o el Palau de la Música, entre otros, no hará falta caminar mucho más lejos para sacar nuestras propias conclusiones sobre quién está delante del proceso independentista catalán.

Mi impresión personal -y que cada uno construya la suya propia- es que el pueblo no está delante del proceso independentista de Catalunya. Creo que ERC se esconde detrás de la ANC y que Convergència i Unió ha escogido a Òmnium Cultural para colocarse detrás. Lo percibo como un espectáculo de marionetas donde ERC mueve los hilos de la ANC y Convergència i Unió los de Òmnium Cultural. Parecen dos socios que, no confiando el uno en el otro, ni siquiera se han puesto de acuerdo en esconderse detrás de la misma piedra.

Pues no consigo ver la renovación y la revolución popular por ningún lado. Opinión distinta tendría si hablásemos de Arcadi Oliveres, Teresa Forcades i su Procés Constituent. La revolución catalana de la ANC sigue el modelo revolucionario burgués tradicional. Igual que en la Revolución Francesa, los burgueses se sirvieron de las clases bajas para realizar la revolución y después traicionarlas; también ANC y Òmnium Cultural podrían ser los conniventes Caballos de Troya acogidos sin cuestionar y entre vitores por el pueblo catalán; caballos que esconden la política de siempre y la burguesía de toda la vida; y mientras el pueblo celebra vías catalanas y uves con alegría, los inquilinos del caballo esperarán el momento propicio para salir, y asegurarse de que, acabe como acabe el proceso, ellos sigan conservando su capital, sus empresas y sus privilegios; y que el pueblo siga sometido, cobrando miserias, estudie lo mínimo, y a poder ser, no viva demasiados años.

Es la historia de siempre.

Luis Díaz

martes, 26 de agosto de 2014

De Víctor Jara y de Desalambrar la Patria



Definir la Patria. Cuántas veces hemos utilizado la palabra Patria y qué pocos serían capaces de definirla de forma breve, clara, rotunda y precisa; con humanidad y justicia, sin prejuicios, con honestidad, equidad y pasión. ¿Alguna idea?


Ya sabemos que la Patria de la política es el dinero, la Patria de la religión es la mentira, la Patria de la aristocracia es la arrogancia, la Patria de la burguesía es la traición, y que la Patria del ejército es la violencia; y también sabemos que cuando todas estas patrias se reúnen, se construye un mundo como el que tenemos, como el que algunos disfrutan y otros padecen, como el que defienden a muerte los “comepatrias” que todos conocemos.

En 1973, le preguntaron al músico chileno revolucionario Víctor Jara, cuatro días antes del Golpe Militar en Chile: “¿Qué es Patria?”. Víctor respondió:

“Patria es el amor a mi hogar, mi mujer y mis hijos. Es  amor a la tierra que me ha ayudado a vivir; es el amor a la educación y al trabajo; es amor a los demás que trabajan por el bienestar común; es amor a la justicia como instrumento del equilibrio para la dignidad del hombre; es el amor a la paz para gozar de la vida; el amor a la libertad, no al libre albedrío, no a la libertad de unos para vivir de otros; sino la libertad de todos. La libertad para que yo exista y existan mis  hijos, y mi hogar y el barrio y la ciudad y los pueblos y todos los contornos donde nos ha correspondido forjar nuestro destino. Sin yugos propios ni yugos extranjeros”.(1)

Pocos días después de pronunciar esta lección magistral de la que muchos deberían tomar nota, Víctor Jara fue torturado y posteriormente asesinado por los golpistas en el “Estadio Chile”, hoy “Estadio Víctor Jara”, donde amputándole la lengua los criminales de la dictadura militar creyeron haber apagado su voz para siempre.

Recordar el talento y valor de Víctor Jara es recordar todas y cada una de sus canciones, es estremecerse con la valentía de la música y de las letras que cantaba: “Preguntas por Puerto Montt”, “Las Casitas de Barrio Alto”, “A Desalambrar”, “El Derecho de Vivir en Paz”, “Te Recuerdo Amanda”, ”Duerme Duerme Negrito”, “A la Molina no voy más”, “Plegaria a un Labrador” y tantas otras canciones que no debería obviarse ninguna.

Y muy a mi pesar, solamente resaltaré una de las canciones que le hicieron más popular: “A Desalambrar” (de Daniel Viglietti), un canto marxista, enérgico y solidario reclamando un reparto justo de la riqueza y una rotunda condena del latifundismo.

Hoy necesitamos tomar ejemplo de hombres como Víctor Jara: comprometidos, valientes y solidarios, para ser capaces de una vez por todas de renacionalizar la riqueza robada por políticos corruptos, es hora de desalambrar la Patria.




Luis Díaz

(1) Fuente: http://fundacionvictorjara.cl

domingo, 3 de agosto de 2014

Del Asesinato de Sarajevo y del Lanzamiento del Hubble

NGC 2237-9  The Rosette Nebula. Source: http://cs.astronomy.com
Eric Hobsbawn nos recuerda en su “Historia del Siglo XX” que las dos guerras mundiales revolucionaron la tecnología que existía en el siglo XIX, ya que los enfrentamientos bélicos no eran solamente una lucha entre ejércitos, sino que se trataba de un duro enfrentamiento de tecnologías para conseguir las máquinas más efectivas.

Explica que “[…]de no haber existido la Segunda Guerra Mundial y el temor de que la Alemania nazi pudiera explotar también los secretos de la física nuclear, la bomba atómica nunca se habría fabricado ni se habrían realizado en el siglo XX los enormes desembolsos necesarios para producir la energía nuclear de cualquier tipo. Otros avances tecnológicos conseguidos en primera instancia para fines bélicos han resultado mucho más fáciles de aplicar en tiempo de paz –cabe pensar en la aeronáutica y en los ordenadores-, pero eso no modifica el hecho de que la guerra, o la preparación para la guerra, ha sido el factor fundamental para acelerar el progreso técnico […]”.

Las dos guerras mundiales y su periodo de entreguerras nos trajeron cientos de innovaciones tales como el radar, la aviación comercial, el motor a reacción, materiales plásticos, circuitos integrados, la televisión, transistores, magnetófonos, discos de vinilo, calculadoras, relojes, la informática, o la energía nuclear; pero si buscásemos un hilo directo entre el Asesinato de Sarajevo de 1914 –que acaba de cumplir 100 años- y el lanzamiento del telescopio espacial Hubble; encontraríamos un inevitable e irónico efecto mariposa que estrecha la línea de tiempo entre ambos acontecimientos, y conduce a la sociedad de la tecnología de la información del siglo XXI: de no haber existido las dos guerras mundiales, quizá hoy aún faltaría medio siglo para que existiese el Hubble.

Tras el Asesinato de Sarajevo, fueron el imperialismo, el nacionalismo, el capitalismo y el liberalismo quienes vistieron militarmente a la Revolución Industrial para asistir a la Primera Guerra Mundial, en la que participó Adolf Hitler como soldado. La derrota alemana en la Primera Guerra Mundial y la asfixia imperial hacia los derrotados por parte de la Conferencia de Paris y el Tratado de Versalles incubaron el fascismo y la Alemania nazi durante el periodo de entreguerras, y detonaron la Segunda Guerra Mundial, una continuación de la guerra anterior, cuyo punto final fue rubricado por los Estados Unidos con las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

El temor de Stalin, en un clima de postguerra, a que Estados Unidos fuese la única potencia mundial en disponer de una tecnología de destrucción como la bomba atómica, incendió lo que la Historia ha denominado como la Primera Guerra Fría, una carrera armamentística y psicológica entre las dos grandes potencias que emergieron de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos y la URSS.

Tanto la Primera como la Segunda Guerra Fría son protagonizadas por la desconfianza, el espionaje y una durísima propaganda y amenazas cruzadas por parte de ambas potencias; una partida bélica de póker entre Estados Unidos y la URSS, donde los faroles llegaron a ser más peligrosos que el mismo juego real. La Primera Guerra Fría condujo a la carrera espacial, la forma popularizada de denominar a una verdadera carrera de misiles de largo alcance.  La Segunda Guerra Fría desembocó en la “Guerra de las Galaxias” de Reagan, cuyo alcance tecnológico real nunca estuvo claro.

El regalo tecnológico a la sociedad de esta tensión bélica contenida -para la conquista del espacio- fue el lanzamiento por parte de Rusia del primer satélite, el “Sputnik I”, y la llegada a la Luna por parte de Estados Unidos en el periodo de coexistencia pacífica que aconteció entre ambas guerras frías, entre otras misiones espaciales.

La Segunda Guerra Fría concluye en 1989 con la perestroika de Gorbachov y el desmembramiento de la URSS. Estados Unidos recibe el acontecimiento como el triunfo del capitalismo y el liberalismo, y en 1990 el devenir de los hechos le concede el Arco de Triunfo más alto que nunca haya existido, el telescopio espacial Hubble, el que será síntesis de la victoria de Occidente y de un siglo de investigaciones con propósito militar. 

El Hubble representa un brindis tecnológico al Universo, y un enorme paso al frente para observar la inmensidad de sus entrañas; es el nuevo oráculo que obtendrá respuestas a las elementales preguntas existenciales de una especie tan circunstancial y tan prescindible, que solamente es capaz de evolucionar mientras se autoextermina.
 
Luis Díaz

domingo, 27 de julio de 2014

De la Solución Final y de la Cuestión Palestina



Hace pocos días el Coordinador Federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, lanzó un polémico tweet a las redes sociales donde comparaba nazis con israelís y víctimas del Holocausto con víctimas palestinas. Edward W. Said, palestino de nacimiento fallecido en 2003 y miembro del Consejo Nacional Palestino hasta 1991, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002, también denunció, en la edición de 1992 de su obra “La cuestión palestina”, que en el conflicto palestino se daba una compleja ironía: “[…]cómo las víctimas de años y años de persecución antisemita y del Holocausto se han convertido en su nueva nación en los verdugos de otras personas, que a su vez se han convertido, por eso mismo, en víctimas de las víctimas […]”.

Describía Said ya en 1992 la política israelí como una política de terrorismo de Estado que persigue matar de 50 a 100 árabes por cada víctima judía, devastando hospitales, escuelas, mezquitas, iglesias, orfanatos, con detenciones sumarias, deportaciones, destrucciones de casas, mutilaciones, y torturas en Gaza y Cisjordania; a la vez que los medios de la propaganda israelí deshumanizan a los palestinos con términos como “cucarachas”, “saltamontes” o “alimañas de dos patas”. Para el Profesor Said, “la magnitud de las pérdidas materiales, las privaciones físicas, políticas y psicológicas, ha excedido en mucho el daño causado por los palestinos a los israelís. […] La notable disparidad , o asimetría, entre, por una parte, la situación de los palestinos como un pueblo agraviado, desposeído y víctima de ofensas, y, por la otra, Israel como ‘el Estado del pueblo judío’ y el instrumento directo del sufrimiento palestino, resulta tan grande como lo es la falta de voluntad para admitirla”.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y siempre con el apoyo occidental antisoviético, Israel ha ido dando grandes pasos hacia la colonización de Palestina: fundación no negociada del Estado de Israel, efecto llamada de judíos hacia Israel, colapso y desequilibrio territorial en Palestina por los numerosos judíos que salían de los campos de concentración -y que ningún país europeo quería acoger-; compra compulsiva de viviendas, territorios y negocios palestinos por parte de judíos ricos de todo el mundo; despidos de trabajadores palestinos y contratación de trabajadores judíos por los nuevos patronos; marginación de la población palestina,...
 
Cada vez que se inflama el conflicto en Palestina, encontramos unos soldados israelís muertos, junto a un escenario dantesco de exterminación de palestinos: hombres, mujeres y niños; masacres sin escrúpulos se repiten una y otra vez en forma de asesinatos por entregas, que Israel disfraza de lucha antiterrorista. No se puede apoyar ningún tipo de violencia, pero Israel debe recordar que ni la persecución de terroristas ni incluso las guerras puede justificar la ejecución indiscriminada de víctimas civiles inocentes e indefensas, asesinatos que solamente se explican en sombríos procesos de exterminio premeditados.
 
¿Y se encuentra realmente estancado el conflicto palestino? Los hechos objetivos son que cada vez que se derrama sangre en Palestina, Israel da un nuevo paso hacía su hegemonía territorial global, con renovadas dosis de desesperación y de refugiados que huyen, ante el hastío de enterrar a los muertos y de reconstruir las viviendas de forma reiterada. Todo esto se convierte en un peligroso incentivo del Gobierno de Israel para apostar por la no negociación, para bloquear y boicotear cualquier plan de paz; ya que la intensificación del conflicto les conducirá más enérgicamente a la consecución de sus metas.

Luis Díaz