martes, 31 de diciembre de 2013

Del Modus Vivendi Liberal y del Liberalismo Fundamentalista

John Gray

”Necesitamos instituciones en las que muchas formas de vida pueden coexistir”.


Esta es la premisa que John Gray reclama en “Las Dos Caras del Liberalismo” (2001), incompatibles entre sí. Por un lado, recupera la antigua corriente de tolerancia liberal que –a su entender- hoy se adapta a nuestra forma de vida. Se trata del modus vivendi hobbesiano. Y por otro lado, la enfrenta a la ortodoxia liberal tradicional, es decir, al ya superado consenso racional y universal sobre el mejor y único modo de vida posible para toda la humanidad.

Las nuevas tecnologías, las comunicaciones o las migraciones masivas han traspasado el ideal clásico de tolerancia liberal en favor de ajustarse a los conflictos de valores, inherentes al ser humano como resultado de la diversidad de creencias e ideales éticos personales: “Los humanos siempre tendrán razones para vivir de formas diferentes”.

El modus vivendi es una concepción de la tolerancia liberal adaptada al hecho histórico del pluralismo, que presupone conciliar (no homogeneizar) en una vida en común a diversidad de individuos y valores, situación actualmente insostenible con la aplicación de las ideas liberales al uso.

Y si bien el liberalismo tradicional tendría que estar superado, lo irónico es que el liberalismo actual (incluso el estadounidense) ni siquiera es eso; es más bien un discurso estratégico para fines fundamentalistas. No se trata de un consenso sobre un modelo de vida, sino una vía para mantener el poder. Este liberalismo no solamente no da soluciones para la justicia social, sino que además mantiene numerosas posturas al respecto, y se muestra indiferente ante esta indefinición de criterio, que por otro lado, es tan importante para construir una teoría de justicia, base de la misma teoría liberal, lo que hace caer de bruces en la contradicción a todas estas implementaciones liberales. Es más, las sociedades modernas carecen de consenso sobre los valores liberales, y si parecen coincidir en la idea liberal de que cada uno es coautor de su propia vida, después se ven inmersos en el conflicto de tener que ser leales a comunidades establecidas que no funcionan internamente con parámetros liberales.

Y España es un buen ejemplo de que a cualquier cosa llamamos liberalismo. El partido del Gobierno se comporta internamente aplicando valores “marxistas”, es decir, repartiéndose en comunidad la riqueza de los bienes sustraídos al Estado, al pueblo, -incluso de espaldas a sus promesas y al mismo Derecho - justificándose en mentiras que disfrazan de criterios liberales, que no solamente están a años luz del modus vivendi que reclama Gray, sino que son contradictorios con la política que llevan a cabo, donde incluso una religión de carácter universal –y por tanto incompatible con la verdad del pluralismo de valores- dirige los pasos fundamentalistas y poco conciliadores de los gobernantes.

Pero además se hacen llamar neoliberales, porque especulan que promover el libremercado facilitará el nacimiento de un sistema económico mundial, sin considerar ni siquiera la posibilidad de que no haya solamente un sistema económico compatible con las exigencias de la modernidad; cuando además las libertades que defienden las instituciones de mercado solamente son justificables en la medida en que puedan satisfacer las necesidades humanas.

Esta interesada visión que mantiene el liberalismo fundamentalista junto con la creencia de que todas las sociedades modernas convergirán hacia los mismos valores es ironizado por Gray como una cuestión de fe, una “sombra fugaz del monoteísmo”, que en nuestro caso es menos fugaz.

Quizá las sociedades liberales no fundamentalistas y con proyecto de modus vivendi tengan mucho que ofrecer al ser humano en el futuro; pero necesitamos recordar que la Revolución Francesa nos legó algo más que libertad; también igualdad y fraternidad; y será necesario aceptar ciertas ganancias y pérdidas en las libertades individuales para conseguir vivir en un mundo de justicia y paz, con la dosis exacta de liberalismo, ni más ni menos.

Luis Díaz

lunes, 23 de diciembre de 2013

De las Raíces de Europa y del Congo Belga


Un padre mira las manos de su hija de cinco años, cortadas como castigo por haber recogido poco caucho

Las raíces de Europa y el Congo Belga pudieran parecer dos contextos históricos disjuntos. Sin embargo, el progreso europeo contrajo en el pasado una deuda impagable con muchas colonias europeas, pero muy especialmente, con el Congo Belga. Después de leer este artículo y de los testimonios reales históricos que figuran al final (donde la hipocresía y crueldad europea no tiene parangón), deberíamos reflexionar no sobre la deuda externa de África hacia Europa; sino sobre la deuda moral y económica de Europa hacia África por los daños causados, sobre las concertinas, sobre la xenofobia generalizada que practica Europa contra la inmigración africana, e indudablemente sobre la responsabilidad de Europa en la dramática situación africana actual.

Hace tan solamente unos 100 años, el Congo Belga fue la colonia personal del rey Leopoldo II de Bélgica, y fue el escenario de la muerte de 10 millones de personas y del cometimiento de las mayores atrocidades inimaginables contra la población autóctona del Congo. Es dramático que uno de los mayores genocidios de la Historia de la Humanidad sea prácticamente desconocido por la población europea, como si la memoria se hubiese borrado, cuando su gravedad se equipara en número de víctimas al Holocausto judío y al genocidio del Descubrimiento de América. Los asesinatos del hipocondríaco rey Leopoldo II sucedieron con el conocimiento al menos de Gran Bretaña, que por falta de solvencia moral por su intervención en la Guerra de los Bóers, ocultó la noticia. Sin embargo, las prácticas expoliadoras, esclavistas y asesinas eran moneda de cambio de todos los Imperios europeos, desde Gran Bretaña a Francia, pasando por Alemania, Bélgica u Holanda.

En el caso del Congo Belga, fue el progreso, la Segunda Revolución Industrial con el motor de explosión, con las bicicletas, la que generó una alta demanda de caucho, la materia prima de las ruedas.  El caucho costó la vida a millones de personas. Leopoldo II encontró la oportunidad de su vida para enriquecerse: extraer esta materia prima del Congo utilizando como mano de obra esclava a la población autóctona, para lo que estableció un régimen de terror y crueldad sin límites.

El progreso de nuestra Europa se construía sobre los cadáveres y mutilaciones de hombres, mujeres y niños congoleños; sobre violaciones sexuales, hambre, azotes y secuestros, sobre la esclavitud, desaparición de poblados enteros, y casi exterminación de la población congoleña. La causa del genocidio del Congo Belga fue únicamente el interés económico de Leopoldo II, a pesar de que la propaganda divulgada por Bélgica presentaba razones principalmente cristianas y altruistas.

El descubrimiento de lo que verdaderamente ocurría en el Congo y que salieran a la luz estas atrocidades, lo debemos a Edward Dene Morel, empleado inglés incorruptible de una naviera de Liverpool –y más tarde fundador de un periódico-, que se dio cuenta de que las mercaderías que viajaban hacia el Congo a cambio del caucho solamente eran armamento. La prensa europea y americana se hizo eco de los descubrimientos de Morel, y a pesar de la contra-propaganda del rey Leopoldo II, finalmente cedió y traspasó el Congo al Estado Belga, obteniendo el Rey asesino, de nuevo, buenos beneficios. Nunca pagó sus crímenes, y es significativo que Bruselas -la capital de Europa- aún exhiba hoy día con orgullo los monumentos de este rey genocida.

El libro de Philipp Blom “Años de Vértigo” es una referencia histórica para ayudarnos a descubrir quiénes somos realmente.

Luis Díaz
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Joseph Chamberlain, discurso en el Ministerio de Colonias británico, 1895

“Es la británica la más grande de las razas dominantes que el mundo ha conocido y, por consiguiente, el poder determinante en la historia de la civilización universal. Y no puede cumplir su misión, que es crear el progreso de la cultura humana, si no es merced a la expansión de la dominación inglesa. El espíritu del país tendrá fuerzas para cumplir esta misión que nos ha impuesto la Historia y nuestro carácter nacional. (...) El Imperio británico, firmemente unido, y los Estados Unidos deben juntos asegurar la paz del mundo y asumir la pesada responsabilidad de educar para la civilización a los pueblos retrasados”.
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J. Junt, sesión científica en la Sociedad Antropológica de Londres, 1863

“Las analogías entre los negros y los monos son más grandes que entre los monos y los europeos. El negro es inferior, intelectualmente, al hombre europeo. El negro sólo puede ser humanizado y civilizado por los europeos”.
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Relato de una mujer llamada Ilanga sobre sucesos que ocurrieron en la parte oriental del territorio, cerca de Nyangwe. Edgar Canisius: A Campaign Amongst Cannibals, Londres, R. A. Everett & Cº, 1903
 
“Nuestro pueblo se llama Waniendo, por el nombre de nuestro jefe Niendo (...). Es un gran pueblo próximo a un pequeño torrente y rodeado por grandes campos de mohago [mandioca] y muhindu [maíz] y otros comestibles, pues todos trabajábamos duramente en nuestras plantaciones y teníamos siempre comida en abundancia (...).  Nunca había guerra en nuestro país y los hombres no tenían muchas armas, fuera de sus cuchillos (...).

Todos estábamos ocupados en los campos escardando los sembrados, pues era la estación de las lluvias y las malas yerbas brotaban deprisa, cuando llegó al pueblo un mensajero diciendo que se acercaba una banda  numerosa de hombres tocados todos ellos con gorras rojas y vestidos de azul y portando fusiles y cuchillos  largos y que les acompañaban muchos hombres blancos, el principal de los cuales era Kibalanga [nombre africano de un oficial de la5 Force Publique llamado Oscar Michaux que recibió una Espada de Honor de manos de Leopoldo II]. Niendo llamóenseguida a su casa a los hombres principales mientras se batían los tambores para convocar a la gente al poblado. Se celebró una larga consulta y, al final, se nos dijo a todos que saliéramos tranquilamente a los campos y trajéramoscacahuetes, plátanos y mandioca para los guerreros que estaban llegando y cabras y gallinas para los hombres blancos. Todas las mujeres acudieron con cestas, las llenaron y, luego, las depositaron en el camino (...). Niendo pensaba que aquel ofrecimiento de tanta comida a modo de presente induciría a los desconocidos a pasar sin hacemos daño. Y así fue...

Cuando los hombres blancos y sus guerreros se hubieron marchado, volvimos a nuestro trabajo con la esperanza de que no regresarían; pero lo hicieron en un plazo muy corto. Tal como habíamos hecho antes, les llevamos grandes cantidades de comida; pero esta vez Kibalanga no se marchó enseguida sino que acampó cerca de nuestro poblado, y sus soldados vinieron y nos robaron todas las gallinas y cabras y arrancaron nuestra mandioca; pero no nos importó, mientras no nos hicieran daño.

A la mañana siguiente (...), poco después de salir el Sol sobre la colina, un grupo numeroso de soldados vino al poblado y todos nos metimos en nuestras casas, donde permanecimos sentados. No llevábamos mucho tiempo así, cuando los soldados llegaron corriendo, disparando y amenazando a Niendo con sus fusiles. Se precipitaron en lascasas y arrastraron fuera a la gente. Tres o cuatro entraron en la nuestra y me capturaron a mí, a mi marido Oleka y ami hermana Katinga. Nos arrastraron al camino y fuimos atados con cuerdas alrededor del cuello, de modo que no podíamos escapar. Todos llorábamos, pues sabíamos que nos iban a llevar como esclavos. Los soldados nos golpearon con las baquetas de hierro de sus fusiles y nos obligaron a marchar al campamento de Kibalanga, quien ordenó atar a las mujeres por separado, diez en cada cuerda, y a los hombres de la misma manera. Cuando nos hubieron reunido a todos –había muchos de otros poblados, según vimos entonces, y mucha gente de Waniendo–, los soldados llevaron cestas de comida para que las transportáramos; en algunas de ellas había carne humana ahumada...

Luego, nos pusimos en marcha caminando muy deprisa. Mi hermana Katinga llevaba a su bebé en brazos y no la obligaron a cargar con una cesta; pero mi marido Oleka tuvo que acarrear una cabra. Marchamos hasta la tarde y acampamos cerca de un río, donde nos sentimos contentos de poder beber, pues estábamos muy sedientos. No teníamos qué comer, pues los soldados no nos habían dado nada (...).

Al día siguiente continuamos la marcha y, cuando acampamos a la puesta del Sol, se nos dio algo de maíz y  plátanos recogidos cerca de un poblado cuyos habitantes habían huido. Así siguió la cosa, día tras día, hasta la quinta jornada en que los soldados cogieron el bebé de mi hermana, lo arrojaron a la hierba dejándolo morir y a  ella la obligaron a transportar algunos pucheros de cocina que encontraron en el pueblo abandonado. El sexto  día nos encontrábamos muy débiles por falta de comida, por la marcha continua y por dormir en la hierba  húmeda, y mi marido, que iba detrás de nosotros con la cabra, no pudo mantenerse más de pie y se sentó al lado del sendero negándose a seguir caminando. Los soldados le pegaron, pero él continuó negándose a  caminar. Luego, uno de ellos le golpeó en la cabeza con la punta del fusil y cayó al suelo. Uno de los soldados cogió la cabra, mientras que otros dos o tres clavaron en mi marido los largos cuchillos que habían colocado en la punta de sus fusiles. Vi brotar la sangre y, luego, ya no volví a verlo, pues cruzamos la cima de una colina y lo perdimos de vista. Muchos de los jóvenes fueronasesinados de la misma manera y muchos niños fueron  arrojados a la hierba para que murieran (...). Después de diez días de marcha llegamos a la gran corriente de agua (...) y fuimos trasladados en canoas al otro lado, a la ciudad del hombre blanco de Nyangwe”.
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Discurso del rey Leopoldo a la llegada de los primeros misioneros belgas al Congo. Leopoldville, 12 de enero de 1883.

“Reverendos y queridos compatriotas; la tarea que se nos ha confiado cumplir es muy delicada y demanda mucho tacto. Estáis aquí para evangelizar pero os debéis inspirar para ello ante todo en los intereses de Bélgica.

El fin principal de nuestra misión en el Congo no es enseñar a los negros a conocer a Dios, pues ya lo hacen: ellos hablan y se someten a Mungu, Nzambe, Nzamkoba, y que sé yo. Saben que matar, acostarse con la mujer de otro, calumniar y agredir es malo, incorrecto. Tengamos el coraje de decirlo, no vais a enseñarles algo que ya conocen.

Vuestro fin principal es facilitar las tareas a los administradores y los empresarios. Para ellos debéis interpretar el evangelio de la forma que más beneficie nuestros intereses en esta parte del mundo. Para hacerlo deberéis, entre otras cosas, fomentar el desinterés entre los salvajes por las riquezas ocultándolas bajo el suelo si es necesario; así evitamos la tentación de convertirse en asesino por ellas y que sueñen desalojarnos para obtenerlas.

Vuestro conocimiento del evangelio os permitirá encontrar fácilmente textos para que los fieles amen la pobreza. Como por ejemplo: «Dichosos los pobres, pues el reino de los cielos es para ellos» o «Es tan difícil que los pobres entren al reino del cielo como que un caballo pase por el ojo de una aguja». Debéis eliminar y hacerles despreciar todo aquello que pueda llevarlos a enfrentarse a nosotros. Haced que tengan miedo a enriquecerse, pues no irían al cielo.

Hago también alusión aquí a sus fetiches de guerra que no pretenden abandonar, pero que debéis poneros manos a la obra para que desaparezcan. Vuestra acción debe centrarse sobretodo en los jóvenes para que ellos no se rebelen y se opongan a sus padres si éstos deciden hacerlo. Los niños deben aprender a obedecer aquello que ordena el misionero, que es el padre de su alma.

Insistid particularmente en la sumisión y la obediencia; evitad desarrollar el espíritu en las escuelas; enseñad a escribir, a creer, no a razonar. Estos son, queridos compatriotas, los principios que aplicareis. Encontrareis otros muchos en los libros que os serán dados al final de la conferencia.

Evangelizad a los negros para que ellos permanezcan siempre sumisos a los colonizadores blancos, para que no se rebelen jamás contra las obligaciones que les harán sufrir. Hacedles recitar cada vez «Dichosos los pobres que lloran, pues el reino de los cielos es para ellos».

Los empresarios y los administradores se verán obligados de vez en cuando a recurrir a la violencia, a insultar, golpear, para hacerse respetar. No deberá permitirse que recurran a la violencia, a la venganza. Para ello, les enseñareis e incitareis, por todos los medios, a seguir el ejemplo de todos los santos que han puesto la otra mejilla, que han perdonado las ofensas, que han recibido salivazos sin estremecerse ni responder a la agresión.
Mantened a sus mujeres nueve meses en la misión para que trabajen gratuitamente nueve meses para vosotros. Convencedles de que deben ofreceros cabras, pollos y huevos cada vez que visitéis sus aldeas.

Hacedles pagar cada semana unas tasas en la misa del domingo. Desviad este dinero, supuestamente para los pobres, para abrir tiendas importantes donde estéis: para misiones, feligreses, fiscales, etc. Transformad vuestras misiones en grandes centros comerciales; ayudad ligeramente a los pobres para animar a los otros a pagar regularmente.

Pedidles que mueran de hambre si es necesario, y vosotros comed cinco veces al día o más con el fin de que vuestros vientres estén siempre llenos de buenas cosas y de que de vuestras bocas emanen olor a cebolla. Estableced un sistema de confesión que os haga buenos detectores de todo negro que tome conciencia o quiera reivindicar la independencia.

Enseñadles una doctrina que vosotros mismos no cumplís en la práctica; puede ser que os digan que por qué os comportáis en contra de lo que predicáis; respondedles que sigan lo que decís no lo que hacéis. Si ellos replican que una fe sin actos es una fe muerta, responded: «Dichosos aquellos que creen sin haber visto; ellos serán hijos de Dios».

Decidles que las estatuas que guardan son obra de Satán. Confiscadlas para completar nuestros museos de Ternere y el y el Vaticano. Hacedles olvidar sus ancestros para que recuerden y adoren los nuestros; Santa María, San Andrés, San Juan, Santa Teresa, etc.

No ofreced jamás una silla a un negro que venga a veros. Dadle siempre un cigarro. No cenéis juntos si no matan un pollo cada vez que los visitais en casa. Considerad a los negros unos niños que se engañaban a sí mismos cuando eran independientes. Exigid que os llamen siempre «Mi padre».

Blasfemad y acusadlos de comunismo y de persecución religiosa si ellos os demandan que ceséis de engañarlos y explotarlos”.

 

sábado, 14 de diciembre de 2013

De España contra Catalunya y Del Juego Encubierto



Vivir en Catalunya se ha convertido en ser espectador de una guerra mediática donde el fuego cruzado de mensajes políticos partidistas y alarmistas se sucede de forma ininterrumpida: medios de comunicación catalanistas que favorecen las acciones de la burguesía catalana contra medios de comunicación españolistas que apoyan el inmovilismo dialéctico de la aristocracia española. Esta guerra entre ricos y aún más ricos toma un nuevo frente con la presentación del arma de destrucción masiva “España contra Catalunya”, foro donde la cultura es bienvenida, pero quién la ama no debe usarla como herramienta de provocación, por muy apática y totalitaria que se presente la capacidad de hacer política del PP; foro que además ha incitado a Alicia Sánchez Camacho a anunciar su contraofensiva con el “Foro de la Verdad”, simposio con el que -sin entrar en más detalles- no puedo menos que esbozar una sonrisa, pues como éstas serían las primeras verdades del Partido Popular durante los dos últimos años, me temo que es un foro condenado a nacer dentro de un ataúd, que podríamos adornar con una corona de flores y la inscripción "Método 3".

Así pues, bajo este desordenado y aparentemente improvisado fuego de mortero, me permito recordar que las reivindicaciones de Catalunya empezaron en la calle, un “11 de Setembre”, cuando un elevado número de ciudadanos de Catalunya, ante la presión de los recortes, empezó a gritar ‘Independencia’ como solución a su desesperación. Mi opinión es que ante los graves problemas, no hay que huir hacia adelante, sino girarse y enfrentarlos de cara, pues la huida no los soluciona, sino que tan solamente los traslada hacia otra posición. De hecho, la representación de la sociedad civil, del movimiento popular independentista, ya la ostenta "Omnium Cultural", institución históricamente más vinculada y próxima a la clase privilegiada de la Generalitat de Catalunya que a la sociedad civil.

La protesta está actualmente estacionada en el llamado 'derecho a decidir'; es decir, el derecho a contestar una pregunta únicamente con ámbito catalán sobre el futuro político de esta tierra; y aunque, soy del convencimiento de la obligatoriedad de consultar al pueblo soberano en todas las cuestiones que sean posibles –siempre sin cuestionar los derechos humanos-, de forma local, comarcal, autonómica, nacional; es evidente que gran parte de la población ya ha tomado opción por la Independencia, sin conocer en absoluto de qué modelo de Estado y condiciones futuras de país estamos hablando, cual oveja sigue a su pastor: ¿Catalunya será conceptualmente igual que ahora, una España neoliberal más pequeña con sus ricos y su corrupción por todos los sitios? ¿será una República? ¿o se tratará de un modelo liberal con unas gotitas de marxismo, donde la igualdad ciudadana y el reparto de la riqueza tomen más protagonismo? ¿Se ha diseñado algún modelo? Si es así, ¿Por qué no es público? ... Se me ocurren tantas preguntas para formular –a las que no existe ninguna respuesta aún- antes de tomar una decisión, que no entiendo por qué interrogamos más a un vendedor de televisiones que a los que comercian con el futuro de nuestras vidas.

Volviendo al aspecto mediático de esta guerra y a la gran desconfianza que me provoca la lluvia de mentiras que estamos recibiendo desde todos los flancos; pienso que pudiera existir un posible juego encubierto de CiU en esta partida de ajedrez catalana. El primer ejercicio para inducir la realidad no visible de nuestra política sería el de adoptar una perspectiva global; es decir, olvidar durante unos momentos el día a día de la prensa, y analizar de dónde venimos y hacia dónde vamos, qué ha cambiado que no pasaba antes, y cuando vayan a cambiar más cosas, qué sucederá que no sucede ahora. 

Pues bien, -a mi parecer- CiU, que nunca ha sido independentista, de forma muy inteligente y a partir de las manifestaciones del ’11 de Setembre’ pudiere haber diseñado una hoja de ruta para llegar a la España Federal –evolución natural del Estado de las Autonomías. En política hay que regatear, si quieres un Estado Federal, has de pedir la Independencia, si quieres 100, has de pedir 1000.

Este juego podría ser peligroso para CiU, pues su electorado más conservador podría salir corriendo masivamente hacia “Ciutadans” o incluso hacia el PP catalán; pero volviendo a especular, declaro mi convencimiento de que Artur Mas y Duran Lleida nunca han estado más de acuerdo que ahora: el aparente enfado y enfrentamiento entre ambos permite a CiU conservar durante este complicado proceso tanto a su electorado más conservador como a su electorado más independentista. Si ambos hubiesen optado por la independencia o ambos por la no independencia, el resultado en términos de votos perdidos habría sido desastroso. En este caso, la desavenencia, la teatralización política, las posturas de “poli bueno” y de “poli malo” se presentan como una jugada maestra, donde Mas "estira" la caja de votos por un lado, y Duran Lleida la "sostiene" por el otro.
 
Y aún hay más éxitos para la política de CiU. La amenaza independentista ha movido todo el arco parlamentario –excepto PP- un paso adelante hacia el modelo federal. No importa que el PP no se haya pronunciado claramente en esa dirección, porque lo que se espera es que cuando se acerque el momento de la verdad –que se irá alargando con la técnica de la zanahoria, según convenga-, será cuando el mandato antidemocrático del PP empiece a tocar a su fin. Si se mantiene la tensión hasta las próximas Elecciones Generales, posiblemente España se convierta en poco tiempo y gracias a la estrategia catalana en un Estado Federal.

De ser ciertas todas mis hipótesis, aún me quedaría una moraleja para terminar. La miseria de los recortes y la petición de Independencia de muchos ciudadanos de Catalunya se habría utilizado desde Catalunya para ejecutar la voluntad -distinta- de CiU, y desde España, para partir a la izquierda, históricamente concentrada en Andalucía y Catalunya.

Necesitamos despertares.

 Luis Díaz