domingo, 25 de agosto de 2013

Del Rito del Toro de la Vega y de la Cultura de los Necios



En Septiembre vuelve el bárbaro espectáculo del Toro de la Vega. He creído oportuno visualizar el documental del año 2009 “Rito de Acero. La Unión del Pueblo”, encargado por el Patronato del Toro de la Vega del pueblo de Tordesillas a Javier G. Cela.

El panfleto-documental intenta disfrazar a Tordesillas de referente cultural frente a unos desquiciados anti-taurinos, pero con disimulo. Las tomas de cámara serenas de los pro-taurinos contrastan con las imágenes de la barbilla y cara distorsionada de los anti-taurinos en momentos de enfado, con sonido ambiente, y con una selección de textos escogida maliciosamente, con lo que consiguen trasmitir un mensaje subliminal engañoso. No entrevistaron ningún anti-taurino en un despacho porque no querían ningún razonamiento objetivo en contra.

Aún así, es recomendable una visión crítica y reposada de este video para saber quién y qué es el Rito del Toro de la Vega. No hay miedo a ver imágenes desagradables porque ni ellos mismos se han atrevido a plasmar la barbarie de este rito en este documental “cultural” y de dominio público. El video lo componen una secuencia iterativa de entrevistas y preguntas principalmente a los que en 2009 eran el Presidente del  Patronato, el Representante del Colegio de Lanceros, la Alcaldesa, el Concejal de Festejos,  el Delegado Territorial en Valladolid de la Junta de Castilla y León, el Juez de Paz y Responsable de Comunicación ante edificio ilustre y rótulo de Historiador para dar el paripé, y otros personajes que –mejorando lo presente- consiguen cortocircuitar sus declaraciones con la palabra “cultura” cuando las unen. Transmiten un mensaje manido de respeto y admiración por el toro, que evidentemente no querrían para sus hijos.

Pues bien, nos explica este historiador que el Toro de la Vega es el Rito del Acero, es el acoso del toro por hombres a caballo para darle muerte con los aguijones o lanzas, realidad antropológica desde 1453. Nos habla de lucha ancestral, de un sello de correos conmemorativo, de que “primigeniamente es una caza”, de que en el S. XV se ofrece el toro a la divinidad por cuestiones religiosas, y también utiliza alguna palabra en latín para imprimir valor a la narración, que es interesante cuando uno quiere conocer sus orígenes e Historia.

No negaré que el conocimiento y el estudio del rito es cultura. Pero la ejecución del rito no es cultura, cuando hay muerte es barbarie, es ignorancia y creencia, y en el caso que nos ocupa ni siquiera eso, tan sólo es negocio, puro negocio. El Toro de la Vega no es más rito que los sacrificios humanos ni el Circo Romano, que obviamente ya no se ejecutan, y que nadie absolutamente puede dudar que esa "cultura" se haya perdido o se vaya a perder nunca.

Ya hemos crecido suficiente como sociedad para emprender una relación con los animales que no pase por la cerebral entrepierna de algunos individuos, como por ejemplo la del personaje de limitadas luces y delirios de grandeza intelectual que aparece en el documental, José Ramón Muelas, en 2009 Representante del Colegio del Lanceros, que se queja de que una sociedad actual de “mantequilla” no le proporciona el bien inmaterial de disfrutar del rito porque nos afloran miedos primigenios. Se justifica hablando de revoluciones neolíticas, preeminencia del hombre sobre la bestia, que si somos el rey de la creación, que si los anti-taurinos están influenciados por cierto filósofo de ética sobre los animales,... Ciertamente, su arrogante y caduca verborrea sí que consiguen transportarnos al neolítico, quizá antes.

Por un lado, los habitantes de Tordesillas están inmersos en el círculo vicioso e irreflexivo de lo que Ortega y Gasset llamó “masa”, repiten sin cesar la palabra “cultura” cuando la experiencia que sienten es la de la “histeria colectiva”, la relevancia o notoriedad ante un mundo que les mira –no importa si bien o mal-; en el mismo documental se comenta que “el pueblo se siente el Centro del Universo”.

Por otro lado, tal como explica en el video el Delegado Territorial en Valladolid de la Junta de Castilla y León, el Toro de la Vega representa para Tordesillas y para toda la zona un gran reclamo turístico para más de 35.000 personas, y –en mi opinión- esa es la única realidad que sustenta el Toro de la Vega.  Defendiendo esta “fiesta” algunos ganan mucho dinero, otros mantienen su trabajo o sus negocios, otros su poder, otros su silla, y otros su status.

Nunca falla. Cuando los necios hablan de cultura es porque alguien se está llenando los bolsillos.

Luis Díaz

martes, 20 de agosto de 2013

De Anton Krasovsky y de la Perestroika es Gay



Tras la promulgación por la Federación Rusa de una ley que prohíbe la propaganda homosexual, el periodista Anton Krasovsky declaró en un noticiario en directo ser gay, provocando que la Dirección de la televisión KontrTV le despidiera de forma fulminante. Su declaración fue: "Soy gay y soy simplemente la misma persona que usted, mi querido público, soy como el presidente Putin, el primer ministro Medvédev o los diputados de nuestra Duma". 

Las palabras de Krasovsky resucitan el espíritu de una de las grandes bases del discurso de Gorbachov para la construcción de la “perestroika” (reforma de la antigua U.R.S.S.), quien escribió –como nos recuerda Antoni Segura en “Señores y Vasallos del Siglo XXI”-: “Por primera vez en la Historia, es de una urgencia vital basar la política internacional sobre normas morales y éticas comunes a todo el género humano, humanizando las relaciones entre los Estados".

Los orígenes del Presidente ruso Vladimir Putin también beben de esta humanista y malograda “perestroika” de Gorbachov; y sin embargo, la política de Putin utiliza más enseñanzas provenientes de la KGB  que de la “perestroika”. El actual Presidente ruso se ha popularizado por las continuas violaciones de Derechos Humanos en Rusia; por iniciar la “segunda guerra chechena”; por practicar la involución democrática; por enterrar la “glásnot” (transparencia) de Gorbachov; por permitir la impunidad de la mafia; y por restaurar un férreo control sobre los medios de comunicación, en especial sobre la televisión.

Putin encabezó el Gobierno de la Federación Rusa y dirigió la ex KGB bajo la Presidencia de Boris Yeltsin. Fue precisamente el secuestro de Gorbachov y el fallido intento de golpe de Estado en Rusia el que lanzó al recién Presidente ruso Yeltsin a la popularidad convirtiéndole en el defensor de la democracia y en el continuador de la “perestroika” por su oposición al PCUS durante el golpe. Esta “perestroika” parece hoy retroceder más que nunca con el estilo centralizador imprimido por Vladimir Putin emulando tiempos pasados.

La apología de la homofobia promovida por Putin a través de la promulgación de una ley anti propaganda gay además de hacer sufrir a muchas personas, tiene una gran relevancia al proyectar claramente ante el mundo una nueva “photo finish” del pobre instante democrático y de desprecio a los Derechos Humanos que existe en Rusia. La Rusia tecnológica del siglo XXI la siguen dirigiendo cosacos a caballo.

Aquellos aires de valentía y libertad que soplaron en Rusia con la “perestroika” y Gorbachov descubren hoy la cobardía y la censura de Vladimir Putin; a la cabeza de unos líderes asimismo socialmente mediocres y anclados en el tiempo; aplicando la misma ideología excluyente que causó la Segunda Guerra Mundial y también llevó a los gays a los campos de concentración nazis; dedicando además esfuerzo en adoctrinar al pueblo ruso para atacar a la homosexualidad mientras ellos se excitan refregando sus vergüenzas contra enhiestos y enormes misiles nucleares.

Bienvenido Mr. Breznev.

Luis Díaz

sábado, 17 de agosto de 2013

De Paco Marhuenda y de Salacious Crumb



La saga cinematográfica de la Guerra de las Galaxias ha fijado en nuestra memoria colectiva un creativo bestiario de personajes, donde me gustaría resaltar al gobernador del crimen,  Jabba the Hutt. Es difícil olvidar a este gigantesco sapo con cuerpo de gusano, responsable de contrabando, tráfico de armas, esclavitud, piratería espacial, y como no, de decorar su palacio del desierto de Tatooine con Han Solo después de congelarlo en carbonita. 

Jabba se hacía acompañar de su brazo derecho Bib Fortune, jefe de la mafia galáctica al mando de todo tipo de criminales, caza-recompensas,  contrabandistas o asesinos; así como de una especie de bufón, un sádico mono-lagarto de risa chillona e irritante, Salacious Crumb.  

De la ficción a la realidad. La actividad criminal en la galaxia de Jabba the Hutt y su entorno decadente se hizo muy popular y especialmente en Estados Unidos, debido a que el imaginario popular empezó a relacionar rápidamente la corrupción política real del país con el aspecto repulsivo y mórbido de Jabba the Hutt, así como con el crimen organizado que encabezaba. Si un personaje pudiese representar la corrupción, ese sería Jabba; y si una personalidad también pudiese proyectar esta corrupción, también sería sin duda la de Jabba the Hutt. 

Ahora bien, si extrapolar el crimen de la Guerra de las Galaxias a la corrupción española es muy aventurado; lo que no lo es será adaptar sus formas y estructuras a nuestros esquemas de pensamiento: Jabba the Hutt es un símbolo de poder y corrupción, es el sistema. El rol de Bib Fortune se ajusta al rol de Mariano Rajoy, es el líder ejecutor cuyo prioritario fin es el mantenimiento de este estado de poder y corrupción al que sirve.  Salacious Crumb, el mono-lagarto, también juega un papel muy importante. Es el bufón del poder, la distracción, el despecho, la indiferencia, la insensibilidad. Es el antagonista que llama la atención y roba contínuamente el protagonismo gracias a esa risa nerviosa e irritante y a su comportamiento cruel e irracional. Es evidente que en el Gobierno actual, el equivalente de este papel lo está ejecutando con maestría el Director de La Razón, Paco Marhuenda, desde todos los foros-espectáculo de debate televisivo a los que el tiempo le permite asistir. 

Aunque representa lo mismo que Salacious Crumb, sus formas son distintas. Entretiene y hace disfrutar al poder con su propio estilo personal: viste una capa virtual de profesor para santificar todas y cada una de sus palabras, y se presenta de forma condescendiente como asexuado ideológico, para punto y seguido y pidiéndolo por favor pasar a devorar a su contrincante desde la neutralidad; y terminar el rito dando gracias a Dios y arrojando pétalos de rosas sobre el sistema corrupto en el que se encuentra y siempre se ha encontrado muy cómodo. 

Jabba the Hutt está muy contento con Marhuenda. Provoca aplausos y risas en los altos círculos empresariales, en las cenas de banqueros, en los viajes oficiales del Gobierno en avión a Suiza, en las fiestas de Ana Mato; y aunque no tiene una risa irritante ni eleva nunca el tono de su voz más de lo debido, sí que provoca los mismos efectos que la risa nerviosa de Salacious cuando justifica su hipocresía simulando comprensión ante el dolor y desahucios de muchas familias para terminar apostando por la actuación de la Banca y por la indefensión de las mismas.

Y en esta escena de la película estamos.  El héroe Han Solo congelado en el palacio de Jabba the Hutt; la princesa Leia Colau prisionera y continuamente atormentada por Salacious Marhuenda;  la banca y la prima de riesgo prostituídas por Jabba; Bib Rajoy manejando los hilos en la sombra; y los robots, esos de momento somos todos los demás. 

Luis Díaz

domingo, 11 de agosto de 2013

De Olli Rehn y del Fondo Mentiroso Internacional


Mentiras desde España y mentiras desde el FMI. De nuevo declaraciones erráticas del FMI cual coitus interruptus por parte de personalidades económicas y políticas de cuya responsabilidad depende el futuro y las ilusiones de millones de familias.

El último espectáculo de ilusionismo presentado por Olli Rehn y transmitido desde el FMI hacia toda Europa nos deja a todos los espectadores con la boca abierta. La solución planteada contra la recesión española abre la función con una reducción del 10% de los sueldos españoles, decisión que de llevarse a cabo dejaría el consumo y el crecimiento de nuestro país en una situación agonizante e irrecuperable.

Aunque afortunadamente el Gobierno de Rajoy rápidamente se ha puesto en contra de esta propuesta, los españoles ya tenemos que dejar de ser inocentes y creernos todo lo que nos explican. Si el FMI proclama una barbaridad como la que ha pronunciado Olli Rehn, quizá es porque necesitan cortinas de humo, bien porque nos volverán a apretar las tuercas –y en comparación parecerá menor el daño-, bien porque el Partido Popular necesita ir apuntando argumentos electorales para justificar su autonomía de Europa y del FMI –en cuyo caso hablamos de connivencia PP y FMI-, o bien porque el FMI ayudará a España en un orden de prioridades, en el que nuestro país no tiene realmente ninguna prioridad.

Siempre he pensado que las respuestas más sencillas se suelen ajustar más cómodamente a la verdad. Y por eso me cuesta imaginar que miles de funcionarios europeos y sus dirigentes no estén lo suficientemente formados para saber lo que hacen; para saber lo que es crecer y lo que no es crecer, lo que es soberanía y lo que no lo es. Por tanto, si no podemos hablar de incompetencia, tendremos que hacerlo de connivencia.

Encontraría deplorable y antipatriótico que PP y FMI hubiesen pactado a escondidas los plazos de la reforma en España, es decir, la existencia de un Plan B donde se dedicarían dos o tres años a la recesión, a abaratar el coste de la mano de obra –si no se apuesta por el crecimiento es porque no interesa-, y un último año donde sí aparecerá el crecimiento del país de la mano del PP, y de su Pájaro Fénix Mariano Rajoy, que con el apoyo preelectoral del FMI orquestarían una nueva sarta de mentiras para propulsar al PP nuevamente a la Moncloa.

El proyecto europeo inmediato para la España de clase baja y media será pues el de ser la chacha de Europa, la democracia feudal, la no educación de los hijos, la disminución de la esperanza de vida, y una cultura de élites. Asimismo, este futuro asegura a la clase alta su predominio y conservación de privilegios de forma prácticamente definitiva. Y en este contexto, el hecho de que las empresas españolas en China estén ahora relocalizándose nuevamente en nuestro país nos debiera dar más pánico que alegría.

Esta Europa no nos conviene. Estos políticos nos venden.

Luis Díaz

sábado, 10 de agosto de 2013

De Privatizar el Aire y del Neoliberalismo de Papá



Parece una broma de mal gusto hablar de privatizar el aire, el elemento vital más básico que necesitamos los seres humanos  para sobrevivir. Y sin embargo es tan absurdo hablar de privatizar el aire como de privatizar el agua. Podríamos ir más allá y cuestionar asimismo la privatización de todos los recursos naturales de nuestro país, incluyendo las energías y los latifundios que aún existen en la Península.

Gracias sobre todo a Aznar y a las derechas autonómicas y locales -aunque la izquierda tampoco se salva-, los neoliberales han conseguido privatizarlo todo -el aire todavía no. Han convertido la España de todos en la propiedad privada de unos cuantos.  No soportan que el Estado tenga empresas y beneficios, alegando competencia desleal y falta de productividad, cuando a menudo son ellos los gestores responsables –cuando no inductores- de los casos de mal funcionamiento público, además de no cuestionar ni importarles la competencia desleal entre las grandes empresas que viven en SICAVs y la pequeña y mediana empresa.

La primera consecuencia de la venta de empresas rentables estatales es “pan para hoy y hambre para mañana”. Por eso para la “España va bien” de Aznar fue imprescindible el gran expolio de empresas públicas que este fatídico Presidente para la Historia de España prácticamente regaló a propios y a extraños. Los ingresos de la venta se terminan, y cuando esto ocurre, sólo los impuestos pueden mantener al Estado, ya que de lo contrario éste no podrá ingresar lo suficiente para mantener los servicios sociales, incluyendo aquellos servicios necesarios desde una perspectiva estrictamente social, -que no tiene por qué siempre ser de rentabilidad económica-, como por ejemplo, ayudas a la dependencia, autobuses escolares en pueblos, o dar sanidad y educación de calidad a las personas con menos recursos. Y así llegan los recortes.

En España vivimos un neoliberalismo práctico de origen más ideológico que teórico, y está formado en gran parte por el adoctrinamiento hereditario de las familias adineradas, y en universidades selectivas cuyo rito de iniciación consiste en servir la cabeza de Keynes en una bandeja, y con esto no defiendo que las soluciones aplicadas a la crisis de 1929 pudiesen tener que funcionar también hoy, 100 años después, más considerando si realmente entonces tuvieron éxito, o fue la II Guerra Mundial la que pareció darle sentido. La crítica la dirijo a que las ideas preconcebidas conducen a la pérdida de posibilidades.
 
Esta jauria de economistas a la caza de lo público -que a menudo ni lo son- pagados y a la orden de unos papás que siempre han nadado en la opulencia y en muchos casos han vivido con comodidad durante la Dictadura, quieren más, quieren el poder, quieren renovar el triunfo y la realización personal de su superioridad genética, para pasearla con orgullo por los círculos exclusivos de su influencia. Contraponen libertad a colectividad, anteponen la especulación al control intervencionista del Estado, pensando que no es compatible con el libre mercado. En definitiva, extreman unas teorías económicas que agreden a la propiedad colectiva de España en beneficio propio y de su riqueza, pero en ningún caso pensando en la máxima que preside la Constitución Española de principio a fin: el interés general.

La reflexión que nos toca ahora a los demás es saber qué significa sentirse español en este contexto. Pertenecer a España, sí. ¿Y a quién pertenece España? Parece evidente que a los que la van comprando: nuestra agua, nuestras tierras, nuestros logros colectivos sociales en cultura, educación, sanidad; y lo que es peor, nuestro pensamiento, la manipulación a través de los medios de comunicación. 

Nos inducen a pensar que gracias a ellos somos españoles libres; y mientras tanto, estos Grandes de España, estos nobles del Siglo XXI, cuando nos oyen gritar aquello de “Yo soy español, español, español”, ellos deben escuchar “Yo soy tu español, tu español, tu español”.

Luis Díaz