sábado, 10 de agosto de 2013

De Privatizar el Aire y del Neoliberalismo de Papá



Parece una broma de mal gusto hablar de privatizar el aire, el elemento vital más básico que necesitamos los seres humanos  para sobrevivir. Y sin embargo es tan absurdo hablar de privatizar el aire como de privatizar el agua. Podríamos ir más allá y cuestionar asimismo la privatización de todos los recursos naturales de nuestro país, incluyendo las energías y los latifundios que aún existen en la Península.

Gracias sobre todo a Aznar y a las derechas autonómicas y locales -aunque la izquierda tampoco se salva-, los neoliberales han conseguido privatizarlo todo -el aire todavía no. Han convertido la España de todos en la propiedad privada de unos cuantos.  No soportan que el Estado tenga empresas y beneficios, alegando competencia desleal y falta de productividad, cuando a menudo son ellos los gestores responsables –cuando no inductores- de los casos de mal funcionamiento público, además de no cuestionar ni importarles la competencia desleal entre las grandes empresas que viven en SICAVs y la pequeña y mediana empresa.

La primera consecuencia de la venta de empresas rentables estatales es “pan para hoy y hambre para mañana”. Por eso para la “España va bien” de Aznar fue imprescindible el gran expolio de empresas públicas que este fatídico Presidente para la Historia de España prácticamente regaló a propios y a extraños. Los ingresos de la venta se terminan, y cuando esto ocurre, sólo los impuestos pueden mantener al Estado, ya que de lo contrario éste no podrá ingresar lo suficiente para mantener los servicios sociales, incluyendo aquellos servicios necesarios desde una perspectiva estrictamente social, -que no tiene por qué siempre ser de rentabilidad económica-, como por ejemplo, ayudas a la dependencia, autobuses escolares en pueblos, o dar sanidad y educación de calidad a las personas con menos recursos. Y así llegan los recortes.

En España vivimos un neoliberalismo práctico de origen más ideológico que teórico, y está formado en gran parte por el adoctrinamiento hereditario de las familias adineradas, y en universidades selectivas cuyo rito de iniciación consiste en servir la cabeza de Keynes en una bandeja, y con esto no defiendo que las soluciones aplicadas a la crisis de 1929 pudiesen tener que funcionar también hoy, 100 años después, más considerando si realmente entonces tuvieron éxito, o fue la II Guerra Mundial la que pareció darle sentido. La crítica la dirijo a que las ideas preconcebidas conducen a la pérdida de posibilidades.
 
Esta jauria de economistas a la caza de lo público -que a menudo ni lo son- pagados y a la orden de unos papás que siempre han nadado en la opulencia y en muchos casos han vivido con comodidad durante la Dictadura, quieren más, quieren el poder, quieren renovar el triunfo y la realización personal de su superioridad genética, para pasearla con orgullo por los círculos exclusivos de su influencia. Contraponen libertad a colectividad, anteponen la especulación al control intervencionista del Estado, pensando que no es compatible con el libre mercado. En definitiva, extreman unas teorías económicas que agreden a la propiedad colectiva de España en beneficio propio y de su riqueza, pero en ningún caso pensando en la máxima que preside la Constitución Española de principio a fin: el interés general.

La reflexión que nos toca ahora a los demás es saber qué significa sentirse español en este contexto. Pertenecer a España, sí. ¿Y a quién pertenece España? Parece evidente que a los que la van comprando: nuestra agua, nuestras tierras, nuestros logros colectivos sociales en cultura, educación, sanidad; y lo que es peor, nuestro pensamiento, la manipulación a través de los medios de comunicación. 

Nos inducen a pensar que gracias a ellos somos españoles libres; y mientras tanto, estos Grandes de España, estos nobles del Siglo XXI, cuando nos oyen gritar aquello de “Yo soy español, español, español”, ellos deben escuchar “Yo soy tu español, tu español, tu español”.

Luis Díaz

4 comentarios:

  1. Así es, y no olvidemos de que esas empresas también las hemos creado nosotros, los ciudadanos para que se aprovechen luego unos pocos; pero eso si, si las privatizan el equipo que apoyas bien hecho esta.
    Luego llegan las urnas y mas de lo mismo.

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    1. Sí Joan, a ver si estos equipos se quedan ya sin jugadores de una vez.

      Saludos. Luis

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  2. La resposta sobiran ista catalana ja la saps... per tant evitaré fer apologia de la catalanitat.
    El pensament i la poesia d'Espriu , Salvador de nom de pila, abogava per l'entesa entre les nacions que composen Espanya.
    L'orquestra avui està mal dirigida...

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    1. Respeto la respuesta soberana de parte del pueblo de Catalunya, pero mi opinión sobre la dirección de ese escenario la dejo clara en mi artículo sobre el Corpus de Sangre.

      La cita d'Espriu em sembla molt encertada.

      Salutacions. Lluís

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