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¿Es la revolución independentista catalana una
revolución del pueblo o es una revolución burguesa? Considerando que desde la
Revolución Francesa hasta nuestros días, las revoluciones populares –a excepción
de las de corte soviético, como en URSS, China, Cuba (con matices), algunas colonias
africanas, etc.- son pura anécdota; Catalunya podría entrar con mayúsculas en
la historia de las revoluciones si ejecutase con éxito una revolución desde el
pueblo y para el pueblo.
Esto es así sin necesidad de valorar la
oportunidad, derecho o legalidad del proceso secesionista que se persigue; ni la
validez o propaganda de los argumentos que se esgrimen en un sentido o en otro,
desde Catalunya o desde España.
Por tanto, aparte de las preferencias o no
independentistas de cada uno, sería un magnífico ejercicio de reflexión
personal intentar descubrir y perfilar quién conduce la revolución catalana,
para saber si Catalunya está cerca de entrar en la Historia, o tan solamente,
será una revolución de ricos jaleando y escondidos entre la multitud. Y es aquí
cuando la sociedad de la tecnología y de la información pone a nuestro abasto
la posibilidad de saciar la curiosidad del profano, en poco tiempo y solamente
con algo de paciencia.
Así bien, para tener una mínima idea sobre si
el movimiento independentista catalán lo encabeza el pueblo o la burguesía,
tendremos que recurrir a la búsqueda de nombres. Hay dos organizaciones al frente del proceso soberanista; y por tanto, dos alternativas de búsqueda a seguir: la del Comité Permanente de la ANC por un lado; y la de la Junta Directiva de
Òmnium Cultural por el otro.
La búsqueda aleatoria de información en Internet
sobre miembros de la ANC no arroja aparentemente ni historia, ni escándalos,
solamente datos personales publicados por ellos mismos; y lo único quizá
reprochable sería que el vínculo a ERC se repite con asiduidad, aspecto que
castra en cierta medida la renovación que toda revolución debe perseguir. Aun
así, parecen ofrecer una duda razonable sobre la honestidad de su oferta, sobre
todo por la ausencia de información objetiva sobre estas personas.
Lo que encontramos cuando escarbamos Òmnium
Cultural ya es otro cantar. Si bien la Presidenta Muriel Casals es un perfil
que se ajusta a lo explicado anteriormente con respecto a la ANC (no se
encuentra información objetiva, ni buena ni mala), la Junta Directiva está
repleta de miembros de familias burguesas catalanas; y en cierto modo, esto es muy lógico,
pues Òmnium Cultural fue fundado en 1961 por Joan Baptista Cendrós i Carbonell (empresario,
mecenas, fundador de Banca Catalana, cofundador de lo que sería Convergència
Democràtica de Catalunya), Lluís Carulla i Canals (empresario), Félix Millet i
Maristany (financiero, mecenas, promotor cultural), Joan Vallvé i Creus (empresario),
y Pau Riera i Sala (empresario)… sin entrar en muchos detalles sobre cada uno
de ellos; podemos concluir con un lenguaje próximo que se trata de casta catalana
de tradición burguesa. Si a esto le añadimos que todas y cada una de estas
familias han estado vinculadas a escándalos de corrupción hasta nuestros días,
como Banca Catalana o el Palau de la Música, entre otros, no hará falta caminar
mucho más lejos para sacar nuestras propias conclusiones sobre quién está
delante del proceso independentista catalán.
Mi impresión personal -y que cada uno construya la suya propia- es que el pueblo no está
delante del proceso independentista de Catalunya. Creo que ERC se esconde
detrás de la ANC y que Convergència i Unió ha escogido a Òmnium Cultural para
colocarse detrás. Lo percibo como un espectáculo de marionetas donde ERC mueve
los hilos de la ANC y Convergència i Unió los de Òmnium Cultural. Parecen dos socios que, no confiando el uno en el otro, ni siquiera
se han puesto de acuerdo en esconderse detrás de la misma piedra.
Pues no consigo ver la renovación y la revolución popular por ningún lado. Opinión distinta tendría si hablásemos de Arcadi Oliveres, Teresa Forcades i su Procés Constituent. La
revolución catalana de la ANC sigue el modelo revolucionario burgués tradicional. Igual que
en la Revolución Francesa, los burgueses se sirvieron de las clases bajas para realizar
la revolución y después traicionarlas; también ANC y Òmnium Cultural podrían ser los conniventes Caballos de Troya acogidos sin cuestionar y entre vitores por el pueblo catalán; caballos que esconden la política de siempre y la burguesía de toda la vida; y mientras el pueblo celebra vías catalanas y uves con alegría, los inquilinos del caballo esperarán el momento propicio para salir, y asegurarse de que, acabe como
acabe el proceso, ellos sigan conservando su capital, sus empresas y sus
privilegios; y que el pueblo siga sometido, cobrando miserias,
estudie lo mínimo, y a poder ser, no viva demasiados años.
Es la historia de siempre.
Luis Díaz