Cansado de datos explicados melosamente por
mensajeros no fiables, esta vez he preferido realizarme mi propia estadística a
partir de los datos en crudo y abiertos de las Elecciones al Parlament de la
Generalitat de Catalunya, desde 1980 hasta 2012; y que, aunque la inexperiencia
pudiera llevarme a pequeños errores, con toda seguridad no aterrizaré en la
tendenciosidad de terceros intereses. Estudiar datos de las elecciones al Parlament de Catalunya pensando en el Parlamento Europeo podría ser una mala idea de no ser porque Catalunya votará en términos soberanistas.
El objetivo de este pequeño estudio del censo electoral catalán es conocer la evolución del voto
independentista en Catalunya desde la transición democrática hasta las últimas
elecciones –las que convocó Artur Mas convencido de que absorbería el voto
independentista, y se llevó el gran chasco. De esta manera, podré visualizar personalmente la tendencia y proporción independentista de la población; así como reflexionar sobre la tipología de la misma; es decir, si se trata de una reacción política al rechazo al Estatut catalán, o si, por el contrario, se trata de la crisis económica de la que ya nadie habla en Catalunya.
Tras unas cuantas sumas y divisiones, he obtenido la estadística y gráfico del pie de este artículo. Las tablas de datos arrojan que Catalunya ha contado con un máximo del 10% de votantes independentistas durante 30 años, hasta el 2010; de hecho, el porcentaje independentista coherente en el tiempo ha oscilado entre un 3% y un 10% durante toda la democracia, hasta 2010.
En solamente 2 años más, en las elecciones de 2012 la cifra soberanista ascendió casi al 40%, una cantidad de ciudadanos sorprendente -si bien es cierto, que existe cierta ambigüedad o confusión en la calle sobre el apoyo al independentismo y/o al derecho a decidir.
En cualquier caso, si un porcentaje de un 30% del censo electoral ha estado manifiestamente congelado como no independentista durante 30 años, pensar en un reacción compulsiva y viral basada en la identidad nacionalista del territorio parece una respuesta de ciencia-ficción, y sin embargo, es la que más se repite con cierto romanticismo desde las instituciones catalanas. Hablemos claro, la crisis económica y no la crisis del Estatut ha movido en 2012 a 1.500.000 personas más hacia la autodeterminación.
El independentismo tradicional (ese 10%, básicamente de ERC) ha sabido instrumentalizar con maestría la crisis para sacar rédito político y electoral. Pienso que CiU tiene su propio plan B. Ahora bien, lo que es cierto es que ni en el mejor de los sueños de ERC hubiesen imaginado un escenario político tan propicio como éste.
Tras unas cuantas sumas y divisiones, he obtenido la estadística y gráfico del pie de este artículo. Las tablas de datos arrojan que Catalunya ha contado con un máximo del 10% de votantes independentistas durante 30 años, hasta el 2010; de hecho, el porcentaje independentista coherente en el tiempo ha oscilado entre un 3% y un 10% durante toda la democracia, hasta 2010.
En solamente 2 años más, en las elecciones de 2012 la cifra soberanista ascendió casi al 40%, una cantidad de ciudadanos sorprendente -si bien es cierto, que existe cierta ambigüedad o confusión en la calle sobre el apoyo al independentismo y/o al derecho a decidir.
En cualquier caso, si un porcentaje de un 30% del censo electoral ha estado manifiestamente congelado como no independentista durante 30 años, pensar en un reacción compulsiva y viral basada en la identidad nacionalista del territorio parece una respuesta de ciencia-ficción, y sin embargo, es la que más se repite con cierto romanticismo desde las instituciones catalanas. Hablemos claro, la crisis económica y no la crisis del Estatut ha movido en 2012 a 1.500.000 personas más hacia la autodeterminación.
El independentismo tradicional (ese 10%, básicamente de ERC) ha sabido instrumentalizar con maestría la crisis para sacar rédito político y electoral. Pienso que CiU tiene su propio plan B. Ahora bien, lo que es cierto es que ni en el mejor de los sueños de ERC hubiesen imaginado un escenario político tan propicio como éste.
Porque la cara visible es Mas, pero el líder es Junqueras, ahora con una mayoría diversa, pasional y... muy cabreada con el Gobierno de España.
Luis Díaz
Los
datos fuentes del estudio proceden del censo electoral al Parlament de Catalunya, y se
pueden extraer de la web de la Generalitat de Catalunya; así como del Idescat,
el censo poblacional.
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