En Septiembre vuelve el bárbaro espectáculo del Toro de la Vega. He creído oportuno visualizar el documental del año 2009 “Rito
de Acero. La Unión del Pueblo”, encargado por el Patronato del Toro de la Vega
del pueblo de Tordesillas a Javier G. Cela.
El panfleto-documental
intenta disfrazar a Tordesillas de referente cultural frente a unos desquiciados
anti-taurinos, pero con disimulo. Las tomas de cámara serenas de los pro-taurinos contrastan con
las imágenes de la barbilla y cara distorsionada de los anti-taurinos en
momentos de enfado, con sonido ambiente, y con una selección de textos escogida
maliciosamente, con lo que consiguen trasmitir un mensaje subliminal engañoso.
No entrevistaron ningún anti-taurino en un despacho porque no querían ningún
razonamiento objetivo en contra.
Aún así, es recomendable una visión crítica y reposada de
este video para saber quién y qué es el Rito del Toro de la Vega. No hay miedo
a ver imágenes desagradables porque ni ellos mismos se han atrevido a plasmar
la barbarie de este rito en este documental “cultural” y de dominio
público. El video lo componen una secuencia iterativa de entrevistas y
preguntas principalmente a los que en 2009 eran el Presidente del Patronato, el Representante del Colegio de Lanceros,
la Alcaldesa, el Concejal de Festejos,
el Delegado Territorial en Valladolid de la Junta de Castilla y León, el
Juez de Paz y Responsable de Comunicación ante edificio ilustre y rótulo de
Historiador para dar el paripé, y otros personajes que –mejorando lo presente- consiguen
cortocircuitar sus declaraciones con la palabra “cultura” cuando las unen. Transmiten
un mensaje manido de respeto y admiración por el toro, que evidentemente no
querrían para sus hijos.
Pues bien, nos explica este historiador que el Toro de la
Vega es el Rito del Acero, es el acoso del toro por hombres a caballo para
darle muerte con los aguijones o lanzas, realidad antropológica desde 1453. Nos
habla de lucha ancestral, de un sello de correos conmemorativo, de que “primigeniamente
es una caza”, de que en el S. XV se ofrece el toro a la divinidad por
cuestiones religiosas, y también utiliza alguna palabra en latín para imprimir valor
a la narración, que es interesante cuando uno quiere conocer sus orígenes e
Historia.
No negaré que el conocimiento y el estudio del rito es
cultura. Pero la ejecución del rito no es cultura, cuando hay muerte es
barbarie, es ignorancia y creencia, y en el caso que nos ocupa ni siquiera eso,
tan sólo es negocio, puro negocio. El Toro de la Vega no es más rito que los
sacrificios humanos ni el Circo Romano, que obviamente ya no se ejecutan, y que nadie absolutamente puede dudar que esa "cultura" se haya perdido o se vaya a perder nunca.
Ya hemos crecido suficiente como sociedad para emprender una relación con los animales que no pase por la cerebral entrepierna de algunos individuos, como por ejemplo la del personaje de limitadas luces y delirios de grandeza intelectual que aparece en el documental, José Ramón Muelas, en 2009 Representante del Colegio del Lanceros, que se queja de que una sociedad actual de “mantequilla” no le proporciona el bien inmaterial de disfrutar del rito porque nos afloran miedos primigenios. Se justifica hablando de revoluciones neolíticas, preeminencia del hombre sobre la bestia, que si somos el rey de la creación, que si los anti-taurinos están influenciados por cierto filósofo de ética sobre los animales,... Ciertamente, su arrogante y caduca verborrea sí que consiguen transportarnos al neolítico, quizá antes.
Ya hemos crecido suficiente como sociedad para emprender una relación con los animales que no pase por la cerebral entrepierna de algunos individuos, como por ejemplo la del personaje de limitadas luces y delirios de grandeza intelectual que aparece en el documental, José Ramón Muelas, en 2009 Representante del Colegio del Lanceros, que se queja de que una sociedad actual de “mantequilla” no le proporciona el bien inmaterial de disfrutar del rito porque nos afloran miedos primigenios. Se justifica hablando de revoluciones neolíticas, preeminencia del hombre sobre la bestia, que si somos el rey de la creación, que si los anti-taurinos están influenciados por cierto filósofo de ética sobre los animales,... Ciertamente, su arrogante y caduca verborrea sí que consiguen transportarnos al neolítico, quizá antes.
Por un lado, los habitantes de Tordesillas están inmersos en
el círculo vicioso e irreflexivo de lo que Ortega y Gasset llamó “masa”,
repiten sin cesar la palabra “cultura” cuando la experiencia que sienten es la
de la “histeria colectiva”, la relevancia o notoriedad ante un mundo que les
mira –no importa si bien o mal-; en el mismo documental se comenta que “el pueblo se siente el
Centro del Universo”.
Por otro lado, tal como explica en el video el Delegado
Territorial en Valladolid de la Junta de Castilla y León, el Toro de la Vega
representa para Tordesillas y para toda la zona un gran reclamo turístico para
más de 35.000 personas, y –en mi opinión- esa es la única realidad que sustenta
el Toro de la Vega. Defendiendo
esta “fiesta” algunos ganan mucho dinero, otros mantienen su trabajo o sus
negocios, otros su poder, otros su silla, y otros su status.
Nunca falla. Cuando los necios hablan de cultura es porque
alguien se está llenando los bolsillos.
Luis Díaz