Slavoj Zizek es
un incómodo filósofo, sociólogo y psicoanalista esloveno al que se ha calificado como el
“filósofo más peligroso de Occidente”, resultado de una mezcla de valentía analítica intelectual y de pensamiento renovado.
“Islam i
Modernidad. Reflexiones blasfemas” es un libro breve pero intenso. El autor analiza
el Islam como modo de vida y repasa su origen, revelándonos interesantes ideas,
entre las que figuran el contexto de modernidad del Islam más violento, y la vital
relevancia de las mujeres en el origen de esta religión, tal como enseñan los
textos sagrados, importancia de la mujer que ha sido amputada en la actualidad.
Para Zizek, el fundamentalismo
religioso es una reacción -mala y evidentemente equivocada, no justificable- que responde a una
deficiencia real del liberalismo, ambos en un círculo vicioso que genera una y
otra vez el mismo liberalismo, y que por este motivo, la democracia liberal nunca conseguirá derrotar por sí sola al fundamentalismo.
Compara
el
pensamiento de Sayyid Qutb, fundamentalista, con el de Hayek. El primero
concibe
la libertad universal como ausencia de cualquier amo, y eso solamente es
posible subordinándose a Dios voluntariamente. La misma lógica aplica
Hayek en
el mercado, arguyendo que el mal surge de la tiranía de la dependencia
personal
y sumisión a otras personas, de la que solamente se puede escapar
creando una entidad llamada mercado, y a la que nos tenemos que someter
voluntariamente. El Dios de
Qutb equivale abstractamente al mercado de Hayek, puesto que ambos
garantizan
la libertad personal, quedando al descubierto que el liberal no puede modificar esta estructura de pensamiento religioso sin entrar en una profunda contradicción ideológica personal.
Por tanto, y actualizando a Max Horkheimer con los conceptos de capitalismo-fascismo en los años 30, Zizek afirma hoy que "los que no quieran hablar críticamente de la democracia liberal, deberían guardar silencio también sobre el fundamentalismo religioso". El autor insiste en que el “liberalismo autosuficiente, autocomplaciente y permisivo” solamente puede ser salvado por la ayuda fraternal de la izquierda renovada y radical, y que esa será la única manera de acabar con el fundamentalismo: "haciendo temblar la tierra bajo sus pies".
Por tanto, y actualizando a Max Horkheimer con los conceptos de capitalismo-fascismo en los años 30, Zizek afirma hoy que "los que no quieran hablar críticamente de la democracia liberal, deberían guardar silencio también sobre el fundamentalismo religioso". El autor insiste en que el “liberalismo autosuficiente, autocomplaciente y permisivo” solamente puede ser salvado por la ayuda fraternal de la izquierda renovada y radical, y que esa será la única manera de acabar con el fundamentalismo: "haciendo temblar la tierra bajo sus pies".
Zizek encuentra en los orígenes del Islam un
camino para rescatar el merecido papel y protagonismo de la mujer en la cultura, historia y
religión musulmana, y propone renovar el Islam desde esos “reprimidos orígenes
feministas”.
Luis Díaz
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