domingo, 7 de abril de 2013

De Izquierda Abierta y de Enmendar la Traición de la Burguesía



El primero en utilizar la acepción “Traición de la Burguesía” fue Fernand Braudel en su obra “El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II”. El contexto de esta traición en el S.XVI es la reciente aparición de las urbes, grandes crisis sociales y económicas, la expansión a ultramar y conquista de nuevos territorios, y una sociedad feudal –cuya nobleza se encuentra en pérdida de poder y connivencia con una resurgente realeza- donde los grandes estratos sociales eran el rey, la nobleza, la iglesia y el pueblo llano. 

Serán los burgueses -habitantes de las ciudades- los que se conviertan en comerciantes y progresen económicamente con los negocios. Se sentirán atraídos por la nobleza, por subir el escalón social al que accederán mediante su riqueza. Braudel proclama que "traicionan su destino" por su ambición, promoviendo en muchos casos bodas de conveniencia con la nobleza, bien dispuesta a recibir grandes dotes por estos matrimonios; -y dice Braudel- “traición inconsciente, pues no existe todavía, en realidad, una clase burguesa que verdaderamente se sienta tal.”

Habiendo existido más traiciones burguesas durante nuestra época moderna, considero que el fracaso de la política de izquierdas contemporánea –especialmente la del PSOE- ha sido también consecuencia de otra importante traición burguesa. La tónica mayoritaria de los políticos de izquierdas de las tres administraciones -cargos electos y de confianza- se han convertido con el paso del tiempo en “traidores a su destino”; han sido importantes sueldos, amistades y negocios los que han marcado su status social y no su origen y compromiso con el pueblo que los legitimó. 

Cada vez se han hecho más ricos –y muchos a través de medios ilícitos-,se han posicionado más lejos de nosotros y más cerca de las ideas que censuraban. Esta vez no se han necesitado enlaces matrimoniales, aunque puede que nos sorprendieran los vínculos familiares que existen entre PSOE y PP, sin entrar a valorar cómo ingresan en la Administración o succionan de ella las enormes camadas de descendientes y amigos de estos políticos, cuyo valor profesional tan sólo se les supone, lo contrario que sus emolumentos. 

La propuesta de Gaspar Llamazares, Izquierda Abierta, se presenta como el germen de una nueva formación política, renovada y desde la izquierda. Un partido de estas características -que persigue reagrupar a la izquierda- nos merece otorgarle el margen de confianza que merece porque nuestra sociedad necesita iniciativas de este calibre; y en mi opinión, supone la posibilidad de que por primera vez en la Historia, la “burguesía enmiende su traición”.

Después de enseñar a caminar a Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares, cualquier otro líder de IU, amistades y descendencia deberían dejarla ir y caminar sola, renunciando a su tutela. La diferencia entre tomar esta acción y no tomarla representará la disyuntiva entre la credibilidad y transparencia de la renovación política por un lado, y la confluencia con IU y volver a ser más de lo mismo, por otro.

Luis Díaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario