jueves, 4 de abril de 2013

De José Agustín Goytisolo y del Estado de Derecho del Revés



Los medios de comunicación se están haciendo eco de la imputación de la Infanta Cristina en el caso Noos por el Juez Castro, con la oposición de la Fiscalía Anticorrupción. El Rey de España ha tomado partido por el fiscal manifestando sorpresa por la decisión del Juez; cuando la gran sorpresa debería ser que la Fiscalía Anticorrupción se comporte como un cortafuegos con los indicios de corrupción de su hija frente al Juez que los está investigando.  

Este escenario de choque de la Corona con el Juez Castro es un buen ejemplo para que los españoles aprendamos lo poco conveniente que es mantener una monarquía como símbolo visible de nuestra Constitución y de nuestro país, cuyo máximo representante es una persona a la que la misma Constitución le exime del cumplimiento de las leyes (artículo 56.3 de la Constitución: “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”). Si ahora la Corona interfiere en la independencia de poderes del Estado –concretamente en el judicial-, es completamente legítimo, y por tanto, consecuente pensar que nuestra actual Monarquía Constitucional genere una contradicción severa con el Estado de Derecho que pretende garantizar. 

Llegó el momento de plantear en España otras formas democráticas de organización del Estado, sin reyes ni príncipes. El mantenimiento de la realeza por línea sanguínea tiene su origen en regímenes absolutistas de hace unos cuantos siglos, y querer vender que todos los españoles somos iguales ante la Ley, mientras el RH hace poderosos a unos y vulnerables a otros, es una soberana hipocresía. 

Escuchando el mensaje de José Agustín Goytisolo y su poesía infantil “Erase una vez” -popularizada durante el franquismo en el exilio por el cantautor Paco Ibáñez en el Olympia de Paris- descubriremos que perseguir nuestros sueños es la única forma de darle la vuelta a la realidad, es la única vía de darle la vuelta a nuestro maltrecho Estado de Derecho y ponerlo "del Derecho":
 

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.

Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.

José A. Goytisolo

Luis Díaz

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