sábado, 29 de diciembre de 2012

De Tiranos y Servidumbre

Queriendo manifestar al pueblo de Lacedemonia que los hombres viven según fueron educados, Licurgo -legislador de Esparta- había críado dos perros de la misma madre y con la misma leche, uno alimentado en la cocina, y otro mediante la caza. Los puso en mitad de la plaza del pueblo, y colocó ante ellos un plato de sopa y una liebre. El primero se arrojó sobre el plato, el segundo sobre la liebre. "Véis, -les dijo a su pueblo-, y con todo son hermanos".
 

Este párrafo extraído del “Discurso sobre la Servidumbre Voluntaria”, del pensador humanista francés Étienne de La Boétie, escenifica cómo las personas pueden ser educadas para el fin que quieran los gobernantes. Para el autor, la pérdida de la libertad en favor del servilismo es la característica principal que practican las tres clases de tiranos que puede tener un pueblo: los que adquieren el poder por elección popular, por la fuerza de las armas, y por sucesión hereditaria.

Este pensador nos descubre cómo también en democracia se puede ejercer la tiranía. Cuenta que son la violencia y el engaño los medios más comunes empleados para entronizar la esclavitud, pero también apunta a que "es el pueblo quien se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece (...) ¿por qué desgracia o por qué vicio, y vicio desgraciado, vemos a un sinnúmero de hombres, no obedientes, sino serviles, no gobernados, sino tiranizados; sin poseer en propiedad ni bienes, ni padres, ni hijos, ni siquiera su propia existencia?".
 

"¡Hombres miserables, pueblos insensatos, naciones envejecidas en vuestros males y ciegas cuando se trata de vuestra felicidad! ¿Cómo os dejáis arrebatar lo más pingüe de vuestras rentas, talar vuestros campos, robar vuestras casas y despojarlas de los muebles que heredásteis de vuestros antepasados?".
 

Ya hace casi 500 años que un joven con tan solo 18 años escribió estos textos, de intensa actualidad. Tampoco deberíamos perder de vista su definición de la libertad: "es la libertad, ese bien tan grande y dulce, que cuando se pierde, todos los males sobrevienen y que, sin ella, todos los otros bienes, corrompidos por la servidumbre, pierden enteramente su gusto y sabor".

Luis Díaz

3 comentarios:

  1. la libertad es la sal de la tierra

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  2. Tan frágil es la memoria humana que 40 años pueden borrarse de ella como por encantamiento y el hombre puede volver a aceptar lo que antes vituperaba simplemente convencido de que esto es lo que ha elegido "la mayoría" y de que es democracia lo que estamos viviendo.

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  3. Muy bueno, me he llevado el enlace a mi blog..Gracias

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